martes, 8 de mayo de 2012

RECETAS PARA CONVERTIR LA CRISIS EN OTRA COSA MEJOR (LA GENERAL Y LA PERSONAL)

capítulo 1: el principal problema no está fuera, sino dentro de nuestras cabezas: ¡cambiemos las palabras!





hola, hace tiempo que no me ponía a escribir en el blog, estoy acabando un libro y todas mis energías literarias se han volcado en ello. Pero no he podido evitar poner estas letras, porque he de confesarte una cosa: no sé tú, pero yo ¡ ESTOY HARTO DE CRISIS!

Tuve la oportunidad de asistir a una interesante conferencia de Antonio Garrigues Walker en la entrega del premio emprendedor del año de la revista Emprendedores. Me pareció un hombre sabio. Y él decía que notaba que la gente estaba hasta el gorro de la crisis, y que cuando la gente estaba hasta el gorro de algo, empezaba a hacer lo necesario para cambiar la situación.

Pues bien, quiero contribuir a ello de alguna manera además de mi trabajo cotidiano con coaches, emprendedores, formadores, etc.

Para ello voy a escribir un post sobre este tema con opiniones, estrategias y recetas que desde mi humilde punto de vista nos ayudarían a cambiar la situación y bastante rápido, además.

Pero como tengo varias cosas que quiero compartir contigo, lo fraccionaré para que no se te haga pesado y te avisaré  cuando sea el último capitulo de esta saga. Por ello si quieres estar al tanto fácilmente de lo que vaya escribiendo sobre el tema, suscríbete en la columna de la derecha al blog y así te llegarán cómodamente a tu correo.
Y hoy quiero empezar por algo que me parece trascendental para que otras cosas sucedan después: cambiar la mente dentro para que todo cambie fuera.

¿cual es el estado de ánimo que se respira en la calle? ¿es alentador, esperanzado, ilusionante? Me temo que no. Precisamente es todo lo contrario. y ese estado de ánimo es el que marca el cómo vivimos el día a día:  A mas bajo estado de animo, menos positivo es el día.

¿y qué influye decisivamente en el como nos sentimos? pues sencillamente, las historias que nos contamos. Efectivamente, las cosas que te dices en tu cabeza son  las que marcan el como te sientes. Ejemplo: si me digo: "la situacion es un asco" con reiteración ¿como me sentiré? posiblemente asqueado, frustrado, enfadado.... ¿tiene sentido lo que digo?

No somos conscientes ni por asomo del poder de las palabras. y eso lo he descubierto a través de mi profesión. Y te voy a decir algo más: las guerras comienzan ganándose o perdiéndose por el lenguaje. Por que las palabras que usamos lo que nos expresan es qué tenemos por dentro, qué creencias, emociones y visiones de la realidad son las que nos guían

Así que el primer y gran reto que te lanzo es que cambies tu vocabulario. ¿qué cosas te dices habitualmente con respecto a lo que está sucediendo? ¿ y con qué frecuencia lo dices? ¿y qué se cuenta en tu entorno habitual sobre lo que está sucediendo?

Posiblemente haya algunas palabras que se repitan muy a menudo: crisis, con la que está cayendo, paro, falta de empleo, va a peor, sinvergüenzas, copago, ere, echado del trabajo, precariedad, incertidumbre, miedo, amenaza, deuda , inyeccion a la banca, políticos corruptos, privilegios de unos pocos, etc, etc.

Usando estas palabras habitualmente, ¿como te crees que nos sentimos? ¿con ganas, con fuerza y energía, con ilusión por salir adelante? es prácticamente imposible. Porque cuando utilizamos estos términos con frecuencia, lo que nos dicen es que estoy poniendo toda la atención en lo malo, en lo terrible, en el "no hay solución."

Y por supuesto existe todo esto, pero no es lo único. Hace poco leía una entrevista con un sacerdote español que llevaba muchos años en Bolivia, y comentaba que ¿donde estaba la crisis? que si queríamos saber lo que era una crisis, y además crónica, nos pasáramos viviendo 3 meses con el 80% de la población boliviana.

Quiero creer que hay muchas cosas buenas que tenemos, que nos rodean, y que están ahí para quien sepa y sobre todo quiera mirar.

Pero esto es muy dificil de hacer, porque implica dos cosas:

1. Asumir la responsabilidad personal de que no son otros los responsables de como me siento, sino yo mismo, pues tengo la capacidad de elegir; estamos asumiendo que otros, los que mandan, deben sacarnos las castañas del fuego, y no creo que vaya a ser así: podemos esperar sentados. Debe ser cada uno, dejando que surja lo mejor que tiene, el que cree las circunstancias para que las cosas cambien, por lo menos en nuestra vida día a día. Asumir la responsabilidad personal sobre la propia vida y lo que nos sucede es de las cosas más complicadas que existen pues nos han educado en lo contrario, pero te digo algo: es el paso indispensable para que uno empiece a tomar mucho más control sobre tu vida y lo que te acontece
2. Ir contra la corriente. Parece que la alegría ha sido abolida de los espacios públicos; que alguien se entusiasme esté penado; y no te digo si en un grupillo en el trabajo, o en el bar, o charlando con los amigos, alguien va y dice: pues a mi me va estupendamente. Yo he vivido esta circunstancia (porque a mi me va estupendamente de hecho) y tienes que ver las caras: desde un "no me lo creo" a un más frecuente de lo que podría esperarse "qué falta de tacto y respeto, con la que está cayendo y lo mal que lo está pasando la gente". ¡Uno llega a sentirse incluso culpable a veces de que le vaya bien!

Pero también te digo: cuando expreso que estoy genial, ¿crees que alguien me pregunta cómo lo he hecho para que me vaya así? no! nadie pregunta, no vaya a ser que le de algunas claves que impliquen que haya que hacer cosas diferentes a las habituales, que se tenga uno que poner en acción, que haya que salir del área de confort.... es mejor y más comodo seguir de víctima y yendo a peor (que es lo único a lo que se ve abocada una víctima la mayoría de las veces).

El mundo que nos rodea tiene cosas fantásticas a nuestro alrededor, y uno empieza a darse cuenta cuanto más agradecido es a lo que le circunda. Pero te voy a proponer acciones concretas para ir cambiando un poquito las cosas en tu día a día. ¿quieres de verdad que mañana, o incluso hoy, lo vivas mucho más contento? pues atención a las propuestas que te lanzo (que te pueden cambiar la vida literalmente si te las tomas en serio):

1. Cambia tus palabras ¡ya! si se ciñen a aspectos negativos de la realidad. se estima que un 95% de nuestros pensamientos diarios son reiterativos,  y muchos de ellos además tóxicos. Vamos, que nos dejan como estábamos o peor.  Pon tu escaner de detección de palabras al máximo de sensibilidad, y cuando te pilles a ti mismo con un lenguaje que no te ayuda en nada, ¡páralo en ese momento! Oblígate a dejar de hablar así, en esos términos.

2. Aliéntate a mirar a tu alrededor y usar palabras gratas para definir lo que tienes cerca: ¿lo que comes está rico? dilo. ¿El tiempo acompaña hoy? dilo. ¿tienes buenos amigos? dilo. Agradece, agradece, agradece, y lleva tu atención a las cosas buenas de tu mundo, que te garantizo son muchas.

3. Niégate en redondo a seguir jugando al juego habitual de Víctimas. no vuelvas a hablar de la crisis, ni del paro, ni de despidos porque todo eso ya lo sabemos; pero si es lo habitual...  Niégate a volver a decir "con la que está cayendo", o hacerle el juego a los que se recrean hablando del mismo tema. Esto me suena a cuando vas al ambulatorio, y escuchas conversaciones del tipo: "pues tengo un dolor de cabeza que no hay manera de quitármelo" y el señor o la señora al lado salta con un "eso no es nada, a mi si que me duele". ¡Parece una competición a ver quien es más desgraciado! Si Ya sabemos todos lo que pasa. Cuanto más hablamos de ello, ¿antes cambia? me temo que no. ¿Y los estados de ánimo que genera? ¿ayudan a modificar cosas? ya te aviso que el no jugar al juego de víctima con otros que sí van de ello te va a a exigir valor y que te miren de ciertas maneras en muchos casos, pero merece la pena ser un poco rompedor, diferente, libre ¿no crees?

4. Seamos prácticos: si queremos salir de esta situación y aprovecharla para aprender y mejorar, echa un cable a la gente que te rodea, atrévete a usar palabras positivas, a sacar temas que alienten a la esperanza, facilita que las personas miren otros ámbitos de la realidad en las que pocas veces posan sus ojos habitualmente pero que existen. Después de autoliderarte a ti para hacer estos cambios, atrévete a probar el alentar a otros a cambiar su lenguaje. porque recordemos de nuevo que las palabras son la expresión externa de nuestro mundo interior, y si cambio las palabras, estoy ayudando mucho a que dentro también se provoque un cambio.

Te garantizo que por poco que hagas en este ámbito, los resultados son muchas veces increíbles. y me podrás decir: O sea, que por usar unas palabras, ¿ya todo está bien? pues no, todo no está bien, pero es un importante comienzo para empezar a educarnos y ser mucho más proactivos, y si le dedicamos un poquito de tiempo a entrenarlo, verás qué beneficios se obtienen:

- mucha más sensación de control sobre lo que pasa

- más energía

- mas ganas

- mas acción con sentido

- más ilusión

¡y encima se contagia!

así que.... ¿te atreves hoy a ir cambiando tus palabras?

proximo capítulo: ¿es bueno dejar de ver el telediario?