lunes, 13 de abril de 2009

“Papá, todo el mundo tiene que morir alguna vez”

Esta frase me ha impresionado profundamente.
¿Quién la dijo? María Paola Parisse. ¿Dónde? En Onna, una de las localidades que han quedado arrasadas en el terremoto de Italia. Reproduzco este párrafo de la noticia, que nos aproxima a ese instante: “Giustino (periodista) repite entre lágrimas a su compañero que vio como morían sus dos hijos y que no pudo hacer nada por ellos. La casa se los tragó y quedaron indemnes él y su esposa, Dina Sette. La joven María Paola consiguió reunir en un segundo la lucidez, los reflejos y la madurez suficientes para despedirse de esta vida consolando a su padre: “sólo tuvo tiempo de decirme: “Papá, todo el mundo tiene que morir alguna vez”, y el techo se le cayó encima”.



¿Cuántos años tenía María Paola? 16 años.

Una vez más, en las situaciones más tremendas, sale a la luz lo más grandioso del ser humano. Porque en ese momento María Paola no era una adolescente en la edad del pavo, como seguro habría sido tachada más de una vez, como casi todos los adolescentes, etiquetados sin piedad. En ese momento, era un ser humano pleno, grande, y cuyo ultimo aliento no fue para ella misma, sino para intentar consolar a otros que se quedaban. Impresionante la capacidad de empatía, de piedad y generosidad de María Paola. Ella en ese momento no contaba, contaban los otros, los que iban a vivir.
Y las buenas noticias entre tanta tragedia, son que momentos tan duros, una vez más, sacan a relucir lo mejor del ser humano. Porque creo fervientemente en que lo hizo María Paola está insertado profundamente en lo que implica ser humano, y que todos lo llevamos dentro, en el pack de serie. Ojalá no tengamos que esperar a tener terribles experiencias para sacarlo a la luz.
pd: y también comentaros que Candela ya está como una rosa, y gateando, riéndose y dando gritos en todo el esplendor de sus 9 meses. muchas gracias a todos por haber estado ahí

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