domingo, 22 de marzo de 2009

LA ESTUPENDA EXPERIENCIA DEL "CHALLENGE"






Hace unos días, participé en una magnifica experiencia promovida por la EBS (Extremadura Business School), en el marco incomparable del parque nacional de Monfragüe, en Cáceres:

El challenge 2009. Y ¿ué es “el challenge”? pues una actividad de dos días en el campo, en equipos, para la mejora de la toma de decisiones extremas, y la capacidad de negociación. Además de la increíble capacidad de organización de Carlos Ongallo y su equipo, con una logística impecable (todos los detalles, desde las comuniaciones, los uniformes, el diseño, eran impresionantes), tuvimos la suerte de contar con un experto israelí en seguridad y técnicas antiterroristas, y el gran Guillermo Sánchez, un negociador expertisimo y una gran persona.



Vivimos grandes experiencias de trabajo en equipo, desde la construcción de refugios, a una competición-gimhkana con pruebas diversas, y una magnífica recreación de un secuestro por parte de unos terroristas, donde teníamos que liberar a las víctimas mediante un asalto a una casa abandonada en medio de la falta de una montaña, o una negociación “a cara perro” mediante walkies con el secuestrador, que no se me olvidará en la vida! Impresionante, sobre todo de cara al aprendizaje: ¡he vuelto del challenge, negociando todo!

Al final, fueron dos días de compartir con la gente de mi equipo, el victorioso “green team” (aunque el primer día íbamos los últimos de 5 equipos), formado por empresarios y directivos extremeños, más Macarena Muñoz, una formadora de bandera y amiga. No les conocía de nada, y ahora les conozco bastante, porque hemos vivido circunstancias que permiten descubrir en varias parcelas a las personas en poco tiempo. Me quedo sobre todo con la experiencia humana, y con que “haciendo” es como se aprende de verdad. De todas maneras, aquí expongo varias de las lecciones que me he llevado de esta estupenda experiencia, que recomiendo a todo el mundo.

Primera lección: ¡los primeros resultados no dicen nada, todo lleva un proceso, y lo que cuenta es el resultado al final!!! (demos tiempo al tiempo, el cortoplacismo mata)

Y como casi siempre, uno aprende de la convivencia con los otros, con otras personas que son diferentes, y una vez mas me reafirmo en que el aprendizaje consiste en mirarse dentro. Me he dado cuenta de muchas cosas que mejorar en mi, en mi capacidad de convivencia, en aceptar otras formas de ser, y en que se trata no solo aceptarlas, sino en contribuir a que cada uno saque lo mejor que lleva dentro.

También me he llevado de este challenge:

1. que un equipo al que se desea pertenecer, con sus señas de identidad, y con un objetivo claro y consensuado por todos, se autogestiona casi solo, y además es poderosísimo!!

2. que para negociar hay que ponerse muchísimo más de lo que lo hago en la piel de mi interlocutor

3. qué hay que pensar siempre en otras opciones, precisamente en las que no se nos ocurren habitualmente, incluso en las descabelladas, y nunca descartar ninguna; dejarlas en la recámara, por si las moscas

4. Que siempre se puede ir más allá de lo que uno cree que puede, y si se cuenta con apoyo, más todavía.

5. Que imponer mi razón no ayuda al éxito del equipo. Puedo defenderla, pero no imponerla. Además la defensa de lo mío, me impide valorar adecuadamente las de los otros, pues ya estoy atrincherado en lo que “sé que se debe hacer”. En definitiva, escuchar más y creerme con la razón menos. Se ha demostrado a lo largo de toda la experiencia empresarial del siglo XX que las decisiones del equipo casi siempre son decisiones mucho más adecuadas que las decisiones individuales

6. Que el criterio de efectividad, o lo que es lo mismo, que algo cumpla la función para lo que ha sido creado es fundamental, y luego viene el resto (Sinay, el experto israelí, nos dio un feedback delante del refugio que habíamos construido, que nos heló la sangre en las venas, y donde quedó en evidencia, que no hubiéramos sobrevivido cobijados en él, ni por asomo)

7. qué si sé observar, las posibilidades de aprender de otros son ilimitadas, en este caso de mis compañeros del glorioso equipo verde. ¿qué me ha impedido hacerlo muchas veces? El enemigo de siempre: el ego

8. Y que se puede disfrutar mucho del hacer, del ser ,de las personas y de los retos, si se afrontan con un espíritu de aventura, y te abres a cualquier opción ante que pueda pasar, porque así, independientemente de lo que ocurra, nada te pillará en fuera de juego

Solo decir, que al próximo Challenge, ¡me apunto! (¡y además, adelgaza!)

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