jueves, 6 de agosto de 2009

¡QUÉ BUENO! (mis aprendizajes sobre el ayuno)

Hace ya más de 20 días que acabé mi ayuno, y estado esperando no solo a conocer los efectos inmediatos que tuvo en mi, sino percibir si algo cambiaba con la distancia que da el tiempo transcurrido.

La verdad es que si me viene a la mente una frase, la primera es “reto conseguido”. De hecho, nunca me había planteado hacer una ayuno porque me daba auténtico miedo no comer; era un pánico atávico que tenía directo desde el inconsciente a no cubrir esta necesidad. Era una sensación muy parecida a lo que expresaría la frase “come hoy que no sabemos cuando volveremos a comer”. Imagínate con este patrón de fondo, lo que podía implicar para mi un ayuno. Por eso, la sensación de logro es patente.
Hay varias observaciones y aprendizajes que he obtenido:



- No he pasado hambre. Creo que el sirope de savia y el zumo de limón te nutren bien, porque he seguido haciendo vida normal, deporte, etc, y no me he visto resentido físicamente en absoluto, cosa que me ha resultado curiosa

- Se me han ido los ojos a a la comida, a los olores, a los colores, y me he dado cuenta de una manera espectacular como gran parte de nuestra vida se realiza en torno a los alimentos, sobre todo de nuestra vida social: quedar a comer, a cenar, a tomar algo, al aperitivo, a picotear, en casa de la familia, de amigos, en el campo, en celebraciones diversas, como premio, como descanso… ¡Comida hasta en la sopa!. Fue no poder comer, para darme cuenta de la cantidad de Restaurantes, bares, cafeterías, panaderías, bollerías, pastelerías, hamburgueserías, locales de Bocatas, de comida sana, de buffets, de tiendas de chinos, supermercados, ultramarinos, fruterías, carnicerías, hipermercados, pescaderías, charcuterías, etc, etc, que nos rodean: ¡increíble!

- Esperaba que la sensación de querer comer se mitigara completamente a partir del 4º día, pero no ha sido así. Me ha apetecido menos comer, pero no se me han pasado las ganas, aunque insisto en que no tenía hambre

- No se me ha hecho para nada pesado el sirope, es muy llevadero, sabe bien, y si encima está fresquito, mejor. Preparaba desde por la mañana dos litros que llevaba en una botella de plástico grande y que iba conmigo a todos los sitios (insisto, a todos los sitios) aunque también llevaba una más pequeña que rellenaba para hacerlo más operativo dejando la otra en el coche, por ejemplo

- ¡He comido! Efectivamente, he caído, con mucho cargo de conciencia en los primeros momentos, y con aceptación después, para que fuera algo más sano. El cuarto día, tenía ¡una boda!, y por lo menos para mi, fue demasiado reto, sobre todo por el ambiente de celebración, todos comiendo, y además muchos manjares que me gustaban. Fue un momento duro y caí, aunque comí poco para lo que acostumbro, y no bebí nada de alcohol. También el 6º día en el pueblo se me olvidó el sirope en Madrid, no tenía opción de comprar más, y aguanté hasta las 4 de la tarde con agua con limón, pero también caí. En este caso, en raciones muy pequeñas, con pequeños mordisquitos y masticando mucho. Aprendizaje fundamental: crear condiciones lo más adecuadas posibles para un ayuno: celebraciones, etc, no son nada buenas en estas circunstancias. La próxima vez elegiré el momento, pero sobre todo, elegiré no hacer ciertas cosas

- A partir del 8º día, fui comiendo a la hora de la cena cosas muy livianas para ir acostumbrando el cuerpo a salir del estado de ayuno

- Una cosa que me ha sorprendido mucho, es la exposición “al público” de alguien que está haciendo un ayuno. ¿Qué estás haciendo qué?!; “eso no puede ser sano, estar comiendo solo eso 10 días”; “pero ¿eso está científicamente comprobado?”; “a mi no me parece buena idea”; “¿Cuánto quieres adelgazar?”; “¿Qué vas a adelgazar 5 o 6 kilos en 10 días? Cuidado con lo que haces, eso no puede estar bien”, etc, etc

Lo curioso de estas situaciones era que: 1) había una obsesión casi absoluta por llamarlo “dieta”, y además, para perder kilos. Ese era el objetivo prácticamente obvio para casi todo el mundo; 2) me ha dejado asombrado, que básicamente casi nadie de mi entorno más cercano se interesara por mis motivos, lo que me ha llevado a hacerlo, porqué ese tipo de ayuno y no otro, como se hace… “cero” curiosidad, y miles de prejuicios. De hecho, todos los opinantes sin excepción, jamás habían hecho un ayuno voluntario de depuración sistematizado, ni sabían básicamente nada sobre ayunos. Opinar por opinar (aunque muchos ya estamos más que acostumbrados a esto, además de practicarlo con asiduidad. Es sintomático la necesidad que tenemos de hablar de todo y dictar sentencias sin tener ni idea de lo que hablamos, en vez de abrirnos a la experiencia, y hacernos preguntas)

- He adelgazado casi 6 kilos, y me da gusto verme en un espejo, aunque esto no era el objetivo final del ayuno, si lo he tenido bastante presente

- Me siento más limpio por dentro, más ligero, con gran alegría cada vez que expulsaba toxinas y grasas de mi cuerpo a través de los abundantes recursos que gestiona el mismo

- Y lo más importante para mi: tras 20 días de acabar el ayuno, como menos, noto mi estomago más pequeño, soy mucho más consciente de lo que es una alimentación más sana de la que practicaba, no tengo tan presente como antes el “comer”, me sacio mucho antes, y de hecho, como me pase comiendo, noto una sensación de hartazgo durante horas; ceno menos y más sano y no he recuperado peso pese a que no me privo de nada, pues me niego a hacer ninguna dieta: lo que quiero es ir cambiando mis hábitos alimenticios de forma fluida y porque quiero y me apetece, única manera de no sufrir en el proceso y que los cambios vengan para quedarse.

Ha sido una gratísima experiencia, que me he propuesto repetir dos veces al año. Me siento con energía, más sano y más en mi centro, y además, he roto una creencia limitante muy importante. Y todo por dejar de comer unos días! (¿es solo eso? Ni hablar). Muy recomendable, como experiencia para el cuerpo, y para el espíritu (como influye lo físico en tu "yo interno", y a la inversa). Y tú, ¿has pensado en probarlo?

8 comentarios:

  1. Josepe felicidades de antemano.Y si tengo curiosidad en saber 2 cosas.

    1.- ¿qué y cómo te ha influido en la autoestima?, ¿te has preguntado alguna vez, para qué?

    2.- Ahora la pregunta comercial....¿dónde se compra el sirope?

    Te felicito porque es un reto conseguido (sobre todo el de las creencia). Yo también estoy mejorando en esta faceta de deporte-alimentación y por tanto aprendiendo a conocerme más.

    Un abrazo y a ver cuando visitas mi blog que te echo de menos!

    Diego R. Martos

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  2. Hola josepe, que alegria tener tus impresiones del ayuno. Decirte que llevaba tiempo queriendo hacerlo y animado por tu blog lo empecé hace hoy 8 días!!! '¡Bien!
    Estoy en el octavo día y coincido contigo en la mayoria de tus apreciaciones. Si bien es cierto que no he caido en estos 8 días gracias a que como bien dices me he generado unas condiciones favorables (sola en Madrid sin familia. amigos, compromisos..) y se lo he dicho a muy poca gente (para evitar precisamente juicios gratuitos).

    Gracias de nuevo por tus impresiones.

    Un abrazo,
    Iciar Piera Iglesias

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  3. Hacer ayuno es muy recomendable. Otras culturas lo practican como algo normal y aquí lo vemos super extraño. Tanto que aprender. El ayuno, estoy de acuerdo Josepe, limpia, reeduca y encima tiene beneficios físicos. Un abrazo.

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  4. Nota para Diego Martos,

    antes de preguntar dónde comprar el sirope, advertirte que antes de hacer ningún ayuno, has de consultar con un médico naturópata.

    El médico te marcará las aputas a seguir, qué sirope has de tomar y dónde conseguirlo. No tomes sin más el ayuno de otra persona sin informate antes. El sirope que es bueno para otro no tiene por qué ser el más idoneo para ti.

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  5. Mis felicitacione Josepe! Imagino lo bien que debes sentirte por haber logrado tu objetivo, y a la vez sentirte mucho mas "ligerito".

    Que disfrutes plenamente tus objetivos. Buen verano!!

    Abrazos

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  6. Hola Josepe, suena dificil, ya sólo la palabra nos produce terror. ¡Ayuno!! privación, necesidad, hambre, sed...(bueno eso menos a base de siropes). Y por lo que nos cuentas, sigue siendo miedo a lo desconocido. Al leerte veo tu satisfacción por haber sido capaz de hacerlo y sobre todo por el gran aprendizaje durante el proceso, por retarte al cambio de hábitos al tomar consciencia de tu relación pasada con la comida. ¡Fascinante como experiencia!
    Eso sí, es cierto que habrá que vigilar las reacciones, ya que no todo el mundo tiene la misma fortaleza :)
    Besos,
    María

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  7. Querido Josepe, soy Angel de la Poderosa 10ª promoción de “Vivir del coaching” que hicimos el pasado diciembre y ¡por fin! encuentro a alguien que se haya atrevido a hacer este ayuno de depuración con sirope de savia y mira tu por donde, eres tú. Me alegro que lo completases y me siento totalmente identificado con las vivencias que comentas en relación a nuestro hábito de comer, a los comentarios de los demás, etc. Yo ya voy por mi segunda vez (enero de 2008 y enero de 2009) y este próximo enero de 2010 haré mi tercera. Es curioso cómo nuestros hábitos alimenticios es lo que más se echa de menos por encima de la sensación de hambre y cómo se llegan a apreciar los olores hasta el punto de que casi nos alimentan. Esto es lo más cerca que yo he estado de tener que superar fuertes tentaciones varias veces todos los días. Yo me planteé un reto adicional la última vez y es que estuve cocinando para la familia durante esos 10 días (o la comida o la cena) de modo que tuve el rico jamón (por ejemplo) o la cervecita, el arroz tres delicias o la sopa entre mis manos y no probé ni gota, ¡tremendo! (ni siquiera una aceituna que son mi perdición). De hecho hice los 10 días de ayuno y fue apartir del 11º cuando empecé a comer poco a poco. Estos 10 días son un auténtico viaje al interior de uno mismo (del estilo de hacer el camino de Santiago aunque con otros ingredientes) y, más allá de la propia depuración que se nota y ¡cómo!, ayudan a conocerse y tomar conciencia de uno mismo. Por último y por si te sirve si lo vas a intentar de nuevo, yo le echo una puntita de pimienta-cayena para darle sabor y dejar ese punto picante en la garganta y por supuesto tomar laxantes naturales cada noche (¡el limón es astringente!). Bueno, ya nos contarás tu siguiente vez y, en cualquier caso ¡bienvenido al club de los amantes de los desafíos!. Recibe un fuerte abrazo. Angel.
    Comentario pra Diego Martos: el sirope desavia yo lo compro en Hipercor o sea que no es difícil encontrar o en herbolarios. Abrazos

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  8. Hola,
    Me ha parecido muy curiosa la experiencia del ayuno. Enhorabuena! Donde se puede conocer los distintos tipos de ayuno y sus consecuencias fisicas. Muchas gracias y un saludo, Carla

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