miércoles, 15 de septiembre de 2010

NUESTRA ESTANCIA EN LAS VEGAS Y FIN DEL CHALLENGE

En este escrito voy a resumir los dos días y medio de nuestra estancia en esta ciudad que no deja indiferente. Para mi ha tenido 3 partes diferenciadas, cada una por sí misma de extraordinario valor:

1. La ciudad en sí, su ambiente, sus luces, sus casinos, su ocio, lo que ha surgido de la nada, su filosofía

2. Las escuelas del futuro de Nevada

3. Las actividades del Challenge organizadas por la EBS en esta ciudad

La Ciudad de las Vegas

¡No te deja indiferente! Increíble! Que apoteosis de luz, vida, gente, 24 horas al día, en medio de un desierto! Que cantidad de recursos consagrados a la ocio, al disfrute… y una frase que me ha encantado, que me parece marketinianamente una genialidad, y que es el lema de esta ciudad:
“lo que pasa en las Vegas, se queda en las Vegas”


Refleja exactamente lo que quiere evocar este oasis: la transgresión, el aquí y ahora, lo prohibido, lo lúdico, que salga a la luz la parte menos domada de nosotros….
Los casinos en sí son auténticas ciudades del ocio. Estamos alojados en el Bellagio, famoso por ser el lugar donde se rodó la película “Ocean’s Eleven”. Es un espectáculo. Solo la recepción es tan grande como un campo de futbol, llena de mármoles, arte, cristal de murano en forma de flores en el techo…. Aquí, como en el resto de los sitios, se han invertido fortunas en su construcción. Otra cosa reseñable es su gran orientación al cliente. La máxima aspiración es tratarte muy bien, para que estés a gusto, quieras volver y gastarte tu dinero en el casino (donde no hay ventanas, ni luz del día, para que uno pierda la noción del tiempo y siga gastando, y gastando…)

Como todo es espectacular, a lo grande, hay una torre Eiffel en la calle, que es solo la mitad de alta que la auténtica. En el Bellagio, en la zona exterior está la reproducción a escala real de una pueblo de Italia a la orilla del lago Como, ¡incluido el lago!. El casino “New York” es una réplica increíble de mahattan, por fuera y por dentro. “El Venice” tiene, dentro del mismo, los canales de Venecia ¡con sus respectivas Góndolas!. Y así, todo. En Fin, digno de verse. No sé si volveré, pero puedo decir que he estado en las Vegas, que me parece, es diferente a cualquier cosa que haya visto antes...

Y la gente… viene a la fiesta, a la juerga, al dispendio, a la diversión…. Y eso se refleja en todos los sitios, en las tiendas, restaurantes, bares, en la calle, en los espectáculos…

Porque aquí están en cartel, y de contínuo, algunos de los mejores espectáculos del mundo, con todo tipo de artistas de solera, algunos incluso con demasiada solera (véase Cher, por ejemplo). Para que te hagas una idea, el circo del sol (“le cirque du soleil”, para los más puristas) tiene 7 shows distintos y permanentes (incluido uno erótico) en la ciudad. Y también el mago David Coperfield. Tuve la suerte de poder ir a disfrutar del circo y del mago. Impresionante!. El único error para mi fue hacerlo en la misma tarde, de un tirón. Y mi agotamiento pudo más y ¡me quedé dormido! Viendo Ka, un auténtico espectáculo. En fin….

También, y a la par, dos miembros de nuesta expedición, recién casados, decidieron repetir sus esponsales por el rito “Vegano”. No tuve la oportunidad de asistir, pues estaba con los trucos de Copperfield en ese momento, pero según testimonio de los protagonistas y testigos, fue algo digno de verse y de vivirse: ¡divertidísimo! El fue de Elvis y ella de Marilyn, y ya de entrada, el desplazamiento se hizo para todo el mundo en una “furgoneta limousine” donde cabían 15 personas (en Las Vegas todo es a lo grande. Tendrías que ver el buffet para comer del hotel).

Y no tiene precio el mundo de los apostadores, de los juegos y del dinero. Solo ver a los croupiers trabajar es todo un espectáculo. Y las ingentes cantidades de metálico que vienen y van. ¿Qué cuanto me he jugado yo? Pues muy poco, porque me hice la propuesta de experimentar los justo, que esto tiene mucho peligro. Por supuesto… ¡adiós pasta!
En definitiva, algo increíble. Esta ciudad es única.

Las Escuelas del Futuro

Es una de las mejores experiencias del Challenge. Las escuelas del futuro, son escuelas públicas que hay apostado por la innovación en la enseñanza, de alguna manera. Lo más remarcable, desde mi punto de vista, es, por un lado, su atrevimiento para hacer cosas nuevas. El otro, y este me da sana envidia, es que todas las iniciativas, ideas y mejoras promovidas, vienen apoyadas y soportadas por la comunidad donde se encuentra la escuela: padres, familiares, empresas…. Todos contribuyen con fondos y trabajo para que sea posible. El capital público y privado, trabajando en armonía: ¡qué maravilla!
Y los padres, cuyos testimonios vimos, son conscientes que con sus aportaciones, contribuyen a una mejor educación de sus hijos… en fin. Me llamaron mucho la atención unas placas en el suelo con las dedicatorias de las familias. Una de ellas, ponía “contribuyendo a construir el futuro!” una nave espacial, y firmado: la familia Sanders. ¡Qué bonito! ¡Qué visión!
Estuvimos en 3 escuelas de este tipo. La primera tenía ¡una selva tropical auténtica dentro de la misma, con su fauna y todo! Era la única a nivel mundial de estas características. Y era cuidada por los alumnos de primaria. De hecho, nuestros guías eran niños y niñas de 10 y 11 años, que hablaban algo de español. ¿te puedes imaginar cual será la cultura ecológica, entrenada en la biodiversidad y en el respeto a la naturaleza, de los alumnos de la escuela? Estaba realizada de una manera genial, con sus especies, y un laboratorio de biología donde los chavales se movían como pez en el agua, como si nada. Me dio una sana envidia. ¡qué gozada!

La siguiente me dejó impresionado, porque estaba dedicada a uno de los astronautas que murieron en el transbordador espacial Challenger. Y por lo tanto, una de las áreas en la que estaban centrados era el espacio y la ciencia. Tenían un laboratorio estupendo, amplio y completo, un museo del espacio, y muchas cosas más. Pero lo más impactante es que tenían en una sala un simulador real de lanzadera espacial , y en la sala contigua, la torre de control de seguimiento de la misión. Y se creaban equipos (todos vestían como debían, incluidos los astronautas, que iban, por supuesto, de astronautas), y se ponían en marcha proyectos y misiones: se aprendía a trabajar en equipo (torre de control con nave, y los miembros de la nave entre ellos, ya que cada uno era especialista en algo distinto), a dar instrucciones, a marcar prioridades, a valorar a los otros, a tomar decisiones en entornos de crisis…. ¡alucinante! Me dejó asombrado que mientras 70 “extraterrestres” como nosotros invadíamos sus salas, hacíamos fotos, etc, a los partipantes en la misión, chavales de 10 años, no se les movía un músculo, y seguían a lo suyo! Al finalizar el curso, al mejor equipo se le bordaba una insignia con los nombres de la tripulación ganadora, que pasaba a formar parte del histórico de las misiones, y que se exhibía al público.
Una experiencia para recordar. Me alegro mucho de que importantes personalidades del mundo de la educación en Extremadura estén con nosotros, porque hoy se han podido llevar múltiples ideas de esta experiencia.

Pero en esta escuela, eso no era todo. Tenían una fosa de excavación paleontológica, donde los chicos hacían practicas de descubrimiento de fósiles, a escala real, con sus cuadrículas y todo. Y otra cosa que me llegó muy dentro: habían creado un invernadero biosostenible, donde cultivaban plantas y flores. Lo más curioso, es que no solo hacían eso: tenían que conseguir el dinero para comprar las semillas, la tierra y el equipamiento necesario. Luego plantaban, y luego tenían que dar salida comercial al producto. Así, montaban un comité que supervisaba los equipos: uno iba a negociar con el banco un crédito, otro presentaba un plan de marketing a la clase para mostrar como se podía dar salida a las flores para que fuera una actividad rentable y autosostenible…. (no olvidemos que eran niños de 10 años). En ese momento estaban planteando como comercializarlas el día de la madre. ¡increible! No me extraña que luego lleguen al mercado con otra mentalidad bastante distinta a la que tenemos en España, más del tipo “que el estado me solucione cosas”.
Y por último, estuvimos en otra donde estaban dedicados a una de las riquezas de Nevada, la minería, y por supuesto, reproducían una mina a escala real. La visita fue estupenda, con antiguos mineros, y superinteresante.

Y si he de remarcar algo además de todo esto, es el entusiasmo que se percibía en los profesores, directores, y personal de las escuelas con respecto a sus proyectos. Era una gozada oírles hablar de ello! Tenemos mucho que aprender….
Las actividades organizadas por la EBS
Durante nuestra estancia en las Vegas, la EBS ha seguido demostrando su increíble dominio y capacacidad de logística, organización, y visión para integrar multiples cosas, sin perder detalle. Aunque hemos tenido tiempo libre, me quedo con algo realmente remarcable, y que da una idea de cómo trabaja esta escuela.

La ultima noche en las vegas, sábado, se nos pidió vestirnos de “gala” (algo más elegantes que nuestras vestimentas habituales). Y los hombres de traje, y guapísimas ellas, nos situamos por equipos en la impresionante recepción del Bellagio. Al poco, para nuestro asombro, comenzaron a llegar limousinas con el logo del Challenge, una para cada equipo, y allí nos fuimos subiendo todos. ¡No nos lo podíamos creer! ¡En limousine por las vegas, con los compañeros y amigos de tu equipo, a los que daba gusto verles!

¿y a donde llegamos? Al casino más alto de las vegas, el “Stratosphere”, con mas de 300 m de altura. Una torre impresionante, con una plataforma mirador arriba. Y en su azotea, un mini parque de atracciones con la más diversión mas alta del mundo: el big shot, que es un tren que por unos rieles se queda boca abajo literalmente colgado en el vacío (algunos inconscientes de la expedición lo probaron. A mi ya me tenía acongojado solo el verlo)

El caso es que subimos en unos ascensores, y una vez más, la sorpresa. La ebs había alquilado el restaurante panorámico para la entrega de premios del Challenge, y los actos de despedida, además de una excelente cena. ¿Y qué decir de las vistas de las Vegas de noche? Un auténtico espectáculo! Ganó el equipo blanco, y todos los restantes salimos para compartir con el resto nuestras reflexiones. Hubo discursos de Carlos Ongallo, de representantes institucionales de Extremadura, del bueno de Baldomero, una de las almas mater de la expedición, y por supuesto, de nuestros chamanes, Mario Alonso, Juan Carlos Cubeiro, y José María Alonso, emotivos y enriquecedores. Acabaron vestidos con penachos indios.
Además, eran momentos muy emotivos, porque eran los últimos que pasábamos oficialmente con nuestros equipos. En torno a nuestra mesa se reunían aquellas personas que apenas una semana antes eran perfectos desconocidos para mi, y que ahora se habían convertido en entrañables compañeros. Habíamos vivido magníficas experiencias juntos, habíamos compartido, habíamos discrepado, habíamos aprendido unos de otro, habíamos ganado y perdido, habíamos reido, disfrutado, nos habíamos enfadado, habíamos jugado, habíamos cantado, nos habíamos apoyado… y en definitiva, habíamos generado algo que llegó para quedarse: el descubrimiento del otro, de uno mismo, y que las personas somos mucho más grandes de lo que creemos, cuando se generan una atmósfera donde el respeto y el cariño están presentes.
Sonó por última vez de manera oficial el silbido que había convertido en leyenda al yellow team…. “amarillo nuestro equipo es, amarillo es….” Y el resto de los partipantes, nos acompañaron.
Después han pasado muchas más cosas, pero eso ya son historias para otro Challenge.

No hay comentarios:

Publicar un comentario